Passatge Pere Calders
SANT ANTONI
Con este título familia, amigos, compañeros y vecinos de Pere Calders le dedicaron este homenaje en el marco de las fiestas del barrio.
El sitio escogido fue el pequeño pasaje que tiene dedicado en el barrio de Sant Antoni.
Presentó el homenaje Pilar Sampietro y empezó la nieta de Calders, Gisela Coromines i Calders que recordó episodios cotidianos que vivió con su abuelo en el piso del carrer Borrell, 91 donde vivió a la vuelta de su exilio en México.
Ella explicó que empezaba el domingo jugando en la casa de l’avi Pere i l’àvia Rosa. Allí hacían teatro, su abuelos les gravaba y después salían a comer y al final el abuelo se pedía el flan de la casa.
Gisela explicó que su abuelo estudió en l’Escola Mossèn Cinto donde conoció a Tísner. También explicó que por un juego infantil con un anillo conoció a la que sería su mujer Mercè Casals. Los dos estaban estudiando en la Llotja, l’Escola Superior de Belles Arts donde también coincidió nuevamente con Tísner.
Durante la Guerra Civil, Calders se inscribió voluntario en el ejército republicano y el febrero del 39 tuvo que exiliarse a Francia. En Tolosa coincidió con Rosa Artís, la que sería su mujer. Aquel mismo día al separarse le escribió una carta y se las siguió escribiendo cada día desde el año 40 al 43. En las cartas firmaba “El Pere més afortunat de l’univers”.
La presentadora María Gorgues recordó una entrevista que le hizo para el programa dedicado a escritores catalanes Ona i ratlla.
Ella se acordaba del estudio de la casa de Calders con la máquina de escribir mientras escribía artículos. Recordó también que el escritor se quedó maravillado por el magnetófono que ella llevaba.
También se acuerda del programa de TV Mag Magazine que le pidió que él abriera el primer programa.
María representó un fragmento de lo que era un programa de radio de la época.
Tina Vallès, una escritora vecina del barrio leyó un cuento suyo, Encàrrec de compromís.
Laura teatralizó uno de los cuentos de Cròniques de la veritat oculta. Escogió Fet d’armes y ella sola con una silla y un paraguas lo hizo de la manera más cómica. Con estos cuentos Calders ganó en 1954 el premi Víctor Català.
La ilustradora y escritora Teresa Duran explicó su relación con Calders. Se acordaba de una conversación que tuvieron en la que Calders decía que uno de los libros que se llevaría a una isla desierta era L’Illa del tresor. Ella leyó también un cuento de Cròniques de la veritat oculta. Escogió L’Esperit guía.
En medio se intercalaban piezas musicales del grupo de jazz Vell Combo y acabó con un corto basado en el cuento de Invasió subtil.
Un bonito homenaje a este escritor que el año pasado junto con su amigo Tísner y Sales se celebró el centenario de su nacimiento.
Y no me voy a olvidar del Bar Calders que en el mismo pasaje recuerda y homenajea a su manera al escritor. Un Bar donde se puede leer en las paredes algún fragmento del escritor o buscar los platos del exilio en México.
Este sitio merece una entrada a parte y esto será en otra ocasión.
Enlaces relacionados:
Maite de Ando Barceloneando coincidió conmigo de casualidad en el evento y también hizo una entrada en su blog, Recordando a Pere Calders.
Web de l’any Sales, Calders, Tísner
25, 08015 Barcelona, España