Al barrio de Belém se puede ir en autobús y en tranvía. Justo delante del Arco de Triunfo de la Praça do Comercio sale el tranvía nº15 que lleva a este barrio lisboeta.
Hay que destacar la puerta lateral donde se accede a la iglesia de Santa María. La entrada a la iglesia es gratuita y está justo al lado de la cola que se forma para poder entrar al resto de estancias visitables.
En dirección al río encontramos un paso subterráneo para atravesar las vías del tren. Aquí, junto al río, encontramos el Padrao dos Descubrimientos.
Justo en la plaza de delante hay una enorme brújula dibujada en el suelo que fue un regalo del presidente de Suráfrica en 1960. Están representadas las rutas de los descubridores en los s XV y XVI.
Este monumento tiene 52 metros de altura y tiene un ascensor que sube hasta arriba. Debe tener muy buenas vistas pero yo no pude subir. Tenía que decidir si subir o ver la Torre de Belém, aunque fuese por fuera y no quería perderme los famosos pastéis de nata.
Si sigues caminando a lo largo del río llegas a la Torre de Belém. Esta torre defensiva de estilo manuelino fue levantada por orden de Manuel I. Desde esta torre salían los barcos dispuestos a descubrir nuevas rutas marítimas.
Justo detrás de la Torre hay un puente elevado para pasar las vias del tren. Si lo pasas y caminas de frente encuentras la parada del tranvía nº 15 que lo puedes coger para volver al Mosterio dos Jerónimos y parar en la Antiga Confeitaria de Belém que desde 1837 hacen estos famosos y riquísimos pastéis de nata.
En la entrada hay muchísima gente que sólo quiere comprar los pastéis para llevárselos. Entrad, el sitio es enorme. Hay diferentes salas y hasta puedes ver como los elaboran y también los azulejos, una preciosidad. Tienen hasta una vitrina con los utensilios que utilizaban hace años para elaborarlos.
La mejor manera de degustarlos es allí mismo. Los traen templados y en la mesa hay canela en polvo para espolvorearlos . Son una delicia.
Están hechos con una base de milhojas, hojaldre algo saladito con crema catalana encima. La receta cuentan que sólo la saben ellos pero yo he encontrado en Barcelona un sitio dónde los venden, en la pastelería Hofmann del Born (Flassaders, 44). No los he probado aún pero si lo hago os lo contaré.
En la misma mesa te ofrecen para llevarte. Yo me llevé seis pero, no es lo mismo. La base se humedece y si lo calientas se reblandece. Lo siento, ¡hay que ir a Belém!
Y en la próxima entrada salimos de Lisboa para ir a Cascais y Sintra.
Enlaces relacionados:
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Lisboa: el litoral lisboeta, Cascais y Estoril.
Lisboa: Sintra.
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